Investigación Documental y de Campo
Informe Final
“Mejorar la alimentación de
personas adultas mayores de entre 65 y 70 años, a través de la comida
vegetariana”.
Montserrat
Ruiz Reza
Septiembre,
2017
Índice
Introducción
En mi experiencia personal, me
doy cuenta que algunos de mis familiares mayores de 65 años, tienen muchos
problemas para alimentarse de manera adecuada, incluso, lo que comen les hace
daño, ya sea a causa de otras enfermedades a las que se enfrentan, o
simplemente porque no saben qué deben comer y en qué cantidades para que puedan
aprovechar todos los nutrientes.
Es por eso que el objetivo de
esta investigación-acción, es que las personas adultas mayores de entre 65 a 70
años de mi familia, al término de ésta, conozcan si la comida vegetariana es
una opción efectiva para mejorar su salud y calidad de vida.
Sin embargo, entendemos que este
cambio es un proceso, pero siempre que podamos aprender a comer más saludable
con la ayuda de un profesional, para beneficio de nuestra salud, será un
caminar esperanzador y lleno de nuevos aprendizajes, que seguramente nos harán
redirigir el timón hacia el basto mundo de una alimentación nutritiva, en razón
de nuestras diferentes necesidades y etapas de la vida.
Los pasos que seguí para realizar esta pequeña
investigación fueron los siguientes:
1) Elección y delimitación del tema:
Este proceso de investigación lo inicié leyendo el
texto sugerido en una de las sesiones del curso propedéutico: “Tipos de
Investigación”, de Prieto Hernández; con el que pude identificar el tipo de
investigación que deseaba realizar (investigación-acción); después leí el texto
de Holmes donde pude conocer cómo es que este personaje realizaba sus
investigaciones y los métodos que llevaba a cabo para poder esclarecer los
casos; y por último, elegí ver el filme argentino: ”Casas de Fuego”, donde se
muestra la investigación de campo realizada en la trama para lograr la cura de la
enfermedad de Chagas, tema que fue de gran impacto y aprendizaje para mí.
La elección del tema considero que lo tuve que
realizar de forma muy apresurada por los tiempos que se marcaron en la sesión
para realizarlo; sin embargo, hice una selección de entre todos los temas de mí
interés y elegí uno de ellos para tratar de responder la siguiente
interrogante: ¿cómo mejorar la
alimentación de personas adultas mayores de entre 65 y 70 años,
a través de la comida vegetariana?
2) Búsqueda
y selección de información:
Más adelante, me pareció útil y
pertinente leer el documento presentado por Maglione y Valotta: “Investigación,
gestión y búsqueda de información en Internet”, porque te guía como usuario
neófito de una manera muy sencilla y clara en: cómo buscar información en
internet, cómo evaluar y seleccionar la información que encontramos, cómo
almacenar y gestionar la información y sobre algunas propuestas para
trabajarlas en el aula.
·
Inicié
leyendo el documento y volviéndolo a consultar cada vez que no tenía muy claro
algo.
·
Continué
seleccionando el buscador.
·
Realicé
varias preguntas para lograr encontrar la información sobre el tema buscado. (nutrición
en adultos mayores).
·
Leí
mucho, y volvía a leer para evaluar la información que me pareció más
pertinente.
·
Me enfoqué en páginas de organizaciones
no gubernamentales como elementos en los que me pudiera apoyar para considerar
que la información fuera confiable. Algunos coinciden en la información,
solo que es presentada de diferente forma. Sin embargo, no encontré mucho sobre
infografías o videos sobre el tema y que además fueran de organizaciones o
instituciones educativas, traté de elegir aquellos que indicaran -por lo menos-
que el tema lo exponían especialistas.
Una vez seleccionado el
material elaboré fichas para jerarquizar la información en orden de importancia
tomando en cuenta sus contenidos.
Elaboré un esquema de investigación que me serviría
de referente para irlo construyendo con la información encontrada.
Para continuar con la
recopilación de la información tomé notas en un diario de campo realizado en la
Casa de Día del Adulto Mayor (DIF), en el que se registró
la información. (Anexo 1)
A través
del formulario de Google Drive, elaboré una encuesta con diez preguntas, como método de
recopilación de información que me sirvió para obtener datos del grupo de
personas seleccionado en el tema. (Anexo 2)
Los resultados de las encuestas se presentan en forma de gráficas
estadísticas. El tamaño de la muestra fue muy pequeño (siete personas) debido
al grupo que se logró encuestar el día de la visita.
Me atrevo a afirmar que es un deseo perene en la
mayoría de nosotros vivir sanos y tener una buena calidad de vida para
disfrutar de lo que nos rodea, sin embargo, muchas veces no sabemos cómo
encontrar ese balance y si le sumamos la edad y otras enfermedades, nos perdemos
en lograr ese objetivo y sobre todo, nos sentimos mal física y emocionalmente. En
ese sentido, mi interés por investigar ¿cómo mejorar la alimentación de
personas adultas mayores de entre 65 y 70 años de edad, a través de la comida
vegetariana?
Y para conocer más al respecto, apliqué una encuesta
a siete personas adultas mayores de entre 60 y 81 años de edad, en su mayoría
mujeres; que asistieron el segundo día de mi visita a la Casa de Día del Adulto
Mayor del DIF, quienes a través de sus respuestas pude tener los siguientes
resultados:
Los
datos arrojados de la encuesta realizada y mostrada en gráficas anteriormente
son:
o
El
85% padece alguna enfermedad.
o
Entre
las enfermedades que padecen se encuentran: la colitis e hipertensión.
o
El
85% toma medicamentos.
o
El
100% hace tres comidas al día.
o
Los
alimentos que comúnmente come son: sopa de pasta, pollo, pescado, leche, pan,
fruta, verduras, frijoles y tortillas.
o
Entre
los alimentos que les hacen daño destacan: picantes, grasas y condimentos.
o
El
85% no conoce la comida vegetariana.
o
El
100% está dispuesto a cambiar su alimentación para sentirse mejor.
La URL de la “Guía
de entrevista” y “Grabación de entrevista realizada”. (Anexo 3)
Ante
estos resultados, puedo afirmar que este grupo de personas a pesar de su edad,
de padecer alguna enfermedad, tomar medicamentos, no tolerar algunos alimentos;
todos estarían dispuestos a cambiar su alimentación para sentirse mejor y
mejorar su calidad de vida; y muchos autores hablan al respecto, como la
Organización Mundial de la Salud (1994) que define la “calidad de vida” como la
percepción del individuo sobre su posición en la vida dentro del contexto
cultural y el sistema de valores en el que vive y con respecto a sus metas,
expectativas, normas y preocupaciones. (Botero de Mejía & Pico Merchán, 2007).
Lo cierto, es que es un concepto que abarca muchos
rubros a considerar, y varían en función de la etapa evolutiva de cada persona,
es decir, que la percepción de
satisfacción se ve influida por variables en su mayoría ligadas a la edad, no
tienen la misma percepción de satisfacción un adolescente que un adulto mayor y
viceversa; por lo que para esta investigación me centraré solo en el concepto
de calidad de vida relacionada con la salud en el adulto mayor; ya que de acuerdo
al artículo de Botero y Pico (2007), uno de los factores a considerarse para
lograr la calidad de vida para las personas adultas mayores es “la salud”.
En este sentido, es importante considerar entonces que “el cuidado de la salud de los adultos mayores
no consiste sólo en un eficaz tratamiento de sus enfermedades, sino que incluye
también la prevención de aquellas en cuya base radica la alimentación, ya que
una nutrición adecuada es eficaz, no sólo para prolongar la vida, sino también
la calidad de la misma”. (G. Arbonés, 2003)
Botero de Mejía, B.
E., & Pico Merchán, M. E. (2007). CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD
(CVRS) EN ADULTOS MAYORES DE 60 AÑOS: UNA APROXIMACIÓN TEÓRICA. Revista Hacia
la Promoción de la Salud, 11-24.
G. Arbonés, A.
C.-G.-L.-M. (2003). Nutrición y recomendaciones dietéticas para personas
mayores. Grupo de Trabajo "Salud Pública" de la Sociedad Española de
Nutrición. (SEN). Nutr. Hosp. Vol. 18.
Se estima que la mayoría de las personas adultas
mayores, es un grupo vulnerable con mayor riesgo de sufrir desequilibrios,
carencias y problemas nutricionales, debido a que las mermas o alteraciones
biológicas, psíquicas y sociales repercuten en gran medida en las actividades
de la vida diaria y en la capacidad para alimentarse y nutrirse.
G. Arbonés et. al (2003), mencionan los siguientes
factores de riesgo que pueden afectar el estado nutricional de este grupo de
personas y que me pareció importante rescatar:
°
Cambios en la composición corporal.
°
Cambios sensoriales (gusto, olfato, vista,
audición, temperatura)
°
Problemas de masticación (mala dentadura…)
°
Cambios en el aparato gastrointestinal.
°
Cambios metabólicos, neurológicos,
cardiovasculares, renales, inmunes.
°
Disminución de la actividad física.
°
Minusvalías, inmovilidad, discapacidades.
°
Enfermedades y secuelas.
°
Medicación e interacción fármaco nutriente.
°
Factores psicosociales (abandono de la actividad
laboral, hábitos alimentarios poco saludables y rígidos, mitos y tabúes;
monotonía en la dieta, omisión de comidas, pobreza, soledad, marginación,
dependencia, depresión, apatía, confusión, ansiedad, tabaquismo, consumo de
alcohol, etc.)
Sin embargo, aun tomando en cuenta estos y otros muchos factores que
pueden ser determinantes al momento de establecer la
ingesta real al grupo de población elegido; es necesario conocer si la
alimentación vegetariana, entendida como el “régimen alimenticio basado
principalmente en el consumo de productos vegetales…” (Sabaté, 2005) puede ser considerada como una buena
opción para una alimentación sana.
Sabaté, J. (2005). Nutrición Vegetariana. España.: Sanfeliz
Científico.
Hay un sinfín de tendencias y tipos de dietas
vegetarianas, cuya característica en todas ellas es que están basadas en el
consumo de alimentos de origen vegetal, específicamente se basan en el consumo
de cereales, verduras, hortalizas, frutas, legumbres, semillas y frutos secos.
Y dependiendo de cada dieta en particular, los alimentos de origen animal están
parcial o totalmente excluidos.
Sabaté (2003), menciona que el término vegetariano
agrupa todas las dietas sin carne y a su vez se divide en otras dietas
clasificadas de la siguiente manera:
·
Lacto-vegetariana: incluyen leche y los productos lácteos.
·
Ovo-vegetariana: se incluyen huevos.
·
Ovo-lacteo o lacto-ovo-vegetariana: incluyen tanto los huevos como los
productos lácteos.
·
Semi-vegetariana: permite comer carne ocasionalmente.
·
Pesco-vegetariana: permite comer pescado en la dieta.
·
Pollo-vegetariana: se incluye pollo en la dieta.
·
Frugívora: Implica el consumo de la no muerte de la planta, reduce a la
fruta fresca, la fruta desecada (dátiles y pasas), semillas, frutos secos y
algunos vegetales.
·
Macrobiótica: este tipo de dieta se clasifica como vegetariana, aunque
puede incluir el pescado. La dieta tiene diez niveles, el más alto de todos
consiste en no comer más que arroz integral. También incluye algas, las
legumbres y los tubérculos.
Cada vez más hay un número mayor de vegetarianos y
dietas vegetarianas que obliga a los profesionales de la salud en diversos
campos a informarse sobre los beneficios y riesgos asociados con estas
prácticas alimenticias. Sin embargo, coincido con Brown (2014), sobre la
importancia de que todos, (adultos mayores), antes de tomar una decisión en
cuanto a cambiar nuestra manera de alimentarnos, un profesional debe realizar
una valoración del estado de nutrición de manera individual, que incluya los
siguientes elementos.
Valoración:
§ Clínica y física.
§ Dietética.
§ Antropogénica.
§ Bioquímica:
Y con esta valoración podremos saber y entender qué
necesitamos y que a pesar de la edad y de los diferentes obstáculos que puedan
presentarse (falta de ingresos, falta de habilidades físicas y/o cognitivas, el
aislamiento, la soledad, entre otros), podamos pensar que las personas mayores
sí aprenden y sí cambian; si les ayudamos a lograrlo.
Posiblemente existan muchos programas en nutrición que podamos adecuar a
nuestras necesidades, quizá hagan falta otros que estén a nuestro alcance, o
sea necesario que se diseñen otros para cada persona; lo cierto es que podemos
empezar por identificar algunos de los elementos esenciales que nos pueden
ayudar a lograr y mantener cambios conductuales dietéticos individuales como
los aquí propuestos por (Brown, 2014),
que con la guía y soporte de un profesional de la salud y el apoyo de nuestros
seres queridos, será más fácil lograrlo:
1.
Como resultado de esta pequeña investigación, se
puede concluir que sí se puede mejorar la alimentación de las personas adultas
mayores de 65 a 70 años, no solo a través de la comida vegetariana, sino a
través de una valoración personalizada que indique qué se puede o no comer para
aprovechar todos los nutrientes.
2.
Las personas adultas mayores, a pesar de padecer
alguna enfermedad, están dispuestas a cambiar su alimentación para sentirse
mejor.
3.
Las personas adultas mayores, requieren de una guía
o programa en salud alimentaria que les permita aprender de acuerdo a sus necesidades
personales a comer mejor.
4.
El concepto de calidad de vida está muy relacionado
con la salud.
5.
Una nutrición adecuada es eficaz, no solo para
prolongar la vida, sino también la calidad de la misma.
Evaluación del proceso:
Puedo concluir que fue un acercamiento
enriquecedor, el poder investigar sobre un tema de interés personal, en el que ciertamente
hay puntos para mejorar como el tiempo para poder desarrollarlo y/o aplicar las
encuestas; pero de cierta forma, rescato el hecho de que me permitió conocer
que sí existen posibilidades de mejorar la alimentación de este grupo de
personas; y que con un poco más de investigación, se pueden hacer proyectos que
coadyuven a mejorar la nutrición y por consecuencia la calidad de vida.
Referencias
Botero de Mejía, B. E.,
& Pico Merchán, M. E. (2007). CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD
(CVRS) EN ADULTOS MAYORES DE 60 AÑOS: UNA APROXIMACIÓN TEÓRICA. Revista
Hacia la Promoción de la Salud, 11-24.
Brown, J. E. (2014). Nutrición
en las diferentes etapas de la vida. México, D. F.: Mc. GrawHill
Education.
G. Arbonés, A.
C.-G.-L.-M. (2003). Nutrición y recomendaciones dietéticas para personas
mayores. Grupo de Trabajo "Salud Pública" de la Sociedad Española
de Nutrición. (SEN). Nutr. Hosp. Vol. 18.
Sabaté, J. (2005). Nutrición
Vegetariana. España.: Sanfeliz Científico.